He de confesar que de las cosas que esperaba con más ilusión era formar parte del universo TEDx aunque fuera de manera modesta.
La emoción de colocarte encima del mismo punto rojo sobre el que conferenciantes prestigiosos y admirados han puesto pie, te llena de una responsabilidad que ha quedado para la posteridad en los primeros momentos de esos 15 minutos eternos que te conceden para formar parte de esta comunidad del saber.