Si algo caracterizó al periodo de entreguerras fue una caterva de gobernantes idiotas y débiles que en lugar de aplicar realismo a la situación, se aposentaron en sus prejuicios, su estupidez y falta de criterio hasta que una mañana, después de todos los avisos posibles, se encontraron invadida Polonia.
Con todos los claroscuros que caracterizan a cualquier ser humano y más especialmente a los políticos, siempre he echado de menos gobernantes como Winston Curchill quien, con su voz pastosa y su manera de arrastrar las palabras, no se anduvo con paños calientes mientras llovían bombas en Londres, contó la verdad y ofreció una esperanza que fue capaz de cumplir «Victory»
I have nothing to offer but blood, toil, tears and sweat.
No puedo expresar con palabras cuánto echo de menos un primer ministro que nos diga la verdad, que deje de negar la evidencia y piense en que seremos capaces de resistir si sabemos quién nos dirige, qué es lo que pasa y que es lo que nos queda por pasar. Aplicando la doctrina de @chiqui, cada vez que salen a decir que el entrenador NO se cambia, lo echan al día siguiente.
Le digo desde aquí al que quiera oirme que nada de lo que nos cuenten va a ser peor de lo que imaginamos y que agradeceríamos que no nos trataran como menores de edad. Y una vez que sólo nos prometan sangre, sudor y lágrimas, y que cuenten el patatal que han montado entre todos (y no sólo hablo de los políticos, los banqueros y los alemanes) ya pueden usar otra cita de Churchill para hacérnoslo más llevadero:
The pessimist sees difficulty in every opportunity. The optimist sees the opportunity in every difficulty. I am an optimist. Today’s economic crisis and other societal issues are formidable challenges. They should also be seen as the opportunity for a positive change, as the chance to attract new demand for goods and services and to create more jobs.
Buenas tardes.